Tú dices que el tiempo se pasa demasiado despacio,
yo vuelo en el tiempo impulsado por el aire de tu sonrisa,
debatiendo entre el bien y el mal,
entre la racionalidad y el suave contoneo de tus caderas cuando caminas,
ese caminar que tan loco me tiene,
que me sumerge en un bucle de lujuria y deseo,
de pasión y desencuentros,
de no saber si follarte ya o esperar a que caiga el sol,
de morir sin haber sido capaz de arrancar un te quiero de tu boca,
la misma que me sonríe y hace que con cada mordisco,
mi cuerpo estalle de placer.
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