dejando en mi triste alma
retazos de lo que fuiste,
de lo que fuimos.
Huíste,
sin dudar ni un momento,
ni siquiera pensaste
que pudiera tener sentimientos,
que mi puta alma no aguantaría el desastre.
Te largaste,
sin imaginarte que pudiera,
por un segundo, extrañarte,
soñarte...
¿Pensarte?
No, pensarte no.
Si pensara me daría cuenta de que fue tuyo el error;
de que no volverás a disculparte,
de que no demostrarías amor,
ni odio,
ni te sentirías culpable,
es obvio,
siempre tengo que ser el culpable
Perdón, siempre quiero ser el culpable.
Sí, quiero serlo,
Porque tengo miedo,
miedo de poder dañar lo que quiero,
miedo de volver a perderlo.
Pero, en fin,
nada se ha acabado,
seguiré llorando por ti,
y me quedaré esperando.
Te fuiste,
dejando en mi triste alma
retazos de lo que fuiste,
de lo que fuimos.
Huíste,
sin dudar ni un momento,
ni siquiera pensaste
que pudiera tener sentimientos,
que mi puta alma no aguantaría el desastre.